Texto publicado na edição on-line do jornal desportivo Espanhol "Sport". Estamos a chegar ao período crítico da época de Mourinho. Astrológicamente. O ruído vai voltar, cada vez mais.
"José Mourinho ha cambiado. Ya no responde al perfil de cuando llegó a Barcelona de la mano de Bobby Robson. Antes, a sus 33 años, se paseaba por los campos de La Masia traduciendo las instrucciones del ‘abuelo’ con una gorra Kappa ladeada y enfundado en un chándal holgado; ahora, Mourinho es la otra cara de la moneda. Ha cambiado su estatus.
Convertido en una verdadera estrella, figura publicitaria de una marca de telefonía y una carta de crédito de lujo, el portugués ya no acepta entrevistas ‘one to one’, como dicen los ingleses. Nunca un entrenador había ganado la Liga de Campeones con 41 años ni un equipo, el suyo, ha provocado tal sentimiento de impotencia entre los adversarios desde la fundación de la Premier League. Ni el Manchester United que logró el triplete en 1999 tuvo esta aureola. En Inglaterra, jugar hoy en día contra el Chelsea es como enfrentarse a un fantasma, luchar contra molinos de viento, según asegura la revista francesa ‘So foot’ en un monográfico sobre este club londinense. Desde su llegada a Inglaterra, los observadores tienen la sensación de vivir en un dulce golpe de Estado sobre el fútbol mundial. “Estamos ahí para los próximos cien años”, declaró Abramovich tras conquistar la pasada edición de la Premier. Uno se pregunta si Mourinho es un brillante depredador como dice Joel Nieto, autor de una biografía que el entrenador portugués ha intentado prohibir en un par de ocasiones. “Mourinho no tiene mentor, él es su propia fuente de inspiración”, ha declarado a SPORT.
“Las ganas de ganar (títulos y dinero) de Mourinho vienen de su madre”, diagnostica Neto, quien sitúa el origen de su vida en Vitoria Setubal, a medio centenar de kilómetros de Lisboa. Es allí donde su madre, Maria Julia, creció en un latifundio presidido por el silencio de una existencia casi aristocrática. Hija nacida fuera del matrimonio, por lo tanto ilegítima en la dictadura de Salazar, creció con el tío de su madre, Mario Ledo, un rico industrial que hizo fortuna en las conservas de pescado. A su muerte, la madre de Mourinho recibió como herencia una parte de Mario Ledo que, entre otros, había construido el estadio de Vitoria.
Futbolista sin talento
El 1 de mayo de 1981, Rio Ave disputa su último partido en el campo del Sporting de Lisboa. Este equipo precisaba de una victoria para llevarse su 16 título de campeón de Portugal. En el vestuario del equipo visitante, Félix Mourinho anuncia que su hijo, José, de 19 años, será alineado como defensa central para cubrir la ausencia del líbero lesionado. Al conocer la noticia, el presidente del Rio Ave, José Maria Pinho, baja al vestuario y lanza un ultimátum al entrenador: “O tu hijo se queda en el banquillo o los dos os vais del club”. ‘Zé’, como le apodan a José, asistió impotente a la paliza de Sporting a Rio Ave (7-1). El Sporting celebró el título y el padre de Mourinho, antiguo portero de la selección nacional en los años 60, fichó por el Beleneses. Mourinho relató este episodio a su llegada Inglaterra: “Ya había jugado algunos partidos esa misma temporada. Mi padre venía de anunciar al presidente del Rio Ave que se iba al Beleneses”. El padre poseía una virtud que el hijo nunca tuvo, talento como futbolista. “A los 15 años entendió que nunca sería un buen jugador”, anuncia Joel Neto, adjuntando que “la frustración no ha sido nunca el motor”.
Como nadie le quería en el terreno de juego, Mourinho se buscó la vida en los libros. Al inicio de los años 80, ya había decidido a ser entrenador y proyecta acudir a la Facultad de motricidad humana de la Universidad técnica de Lisboa, pero no accede por falta de plazas. Su madre le inscribe en la administración pública, donde sólo puso los pies en una ocasión, la primera. Allí decide dar un giro a su vida.
Ambicioso, prepotente y genial
Decide entonces inscribirse en un curso de Educación Física donde entabla relación con Manuel Sergio Vieira, su profesor de Filosofía. Esta figura de la izquierda portuguesa, hoy jubilado, cree que Mourinho “era una personalidad aparte. No hablo de carisma, sino de una aptitud increíble a comprender la esencia de las cosas en cinco minutos. Eso me impresionó. Es un hombre frontal, que no tiene miedo al conflicto y detesta la hipocresía”. Mourinho fue creando su propio libro de estilo en el que da especial importancia al método y se muestra obsesivo en los detalles, un rasgo que aún mantiene.
Andy Roxburgh, antiguo seleccionador escocés en los años 80, acogió una banda de entrenadores jóvenes más o menos conocidos como Sacchi, Mourinho, Queiroz o Van Gaal, en sesiones para entrenadores organizadas por la Federación Escocesa de Fútbol: “El triunfo de Mourinho es una combinación de muchos factores. Entonces, tenía una base en la formación muy buena y también la ambición por mejorar. Después adquirió experiencia con entrenadores de alto nivel. Y como era alguien extremadamente inteligente, esto ha funcionado. Los medios de comunicación consideran que su carrera ha sido muy rápida, pero no es así. Atrás hay veinte años de trabajo”, declara.
José Mourinho explica cuáles son los puntales de su filosofía, basada en el precio de la victoria. Cualquier cosa para asociarse con el triunfo. “Pido una total determinación por parte de mis jugadores. Les he escogido por sus ansias de ganar. Esta característica se puede ver en la mirada de cada uno”, ha declarado Mourinho.
Más que las estrellas del Oporto como Maniche, Deco o Costinha, Mourinho escogió a Carvalho y a Ferreira para reconstruir el puzzle de su defensa. Costinha entiende que no es al azar: “Deco quería sólo ir al Barcelona, el club de su corazón. Yo quise ir al Real Madrid antes de regresar al Oporto y creo que lo tuvo en cuenta”, relata.
“Pese a las finanzas de Abramovich, el precio de estos jugadores era elevado porque acababan de ser campeones de Europa”, explica Antonio Magalhaes, director adjunto de ‘Record’, que resalta “la inteligencia de no fichar a cinco o seis jugadores del Oporto para convertir el Chelsea en un equipo portugués”.
Amy Lawrence, reportero del ‘The Guardian’, destaca que a “Mourinho, aparte del talento individual, no le gusta rodearse de jugadores con una gran personalidad”. Crespo fue el primero en chocar con Mourinho, por lo que el delantero argentino fue enviado una temporada al Milan. “Acostumbra a castigar a los jugadores que cruzan la línea. Cuando Ricardo Carvalho expresó su deseo de jugar con más asiduidad, Mourinho no sólo le suspendió durante cinco encuentros, sino que además le hizo quedar como un idiota ante la prensa”, asegura el periodista inglés. Mourinho declaró que a Carvalho debían hacerle pasar un test de inteligencia.
Tampoco tardó mucho en sacar los mocos a Robben, en plena crisis de adolescencia, o en esnifarse a Mutu tras superar la línea blanca. Joel Neto asegura que Mourinho es un “fabuloso director de recursos humanos. Sabe muy bien cómo recompensar a la gente con la que trabaja...a partir del momento en el que se adhieren a su discurso por el método”, agrega Amy Lawrence.
Mourinho se ha rodeado de gente afín de la que es imposible sacar la mínima información. La mayoría de estos son portugueses, aunque también está presente Steve Clarke, con más partidos con los blues, y uno de los principales puntales en los que se apoya Mourinho, debido a “su gran conocimiento de la Premier”.
Costinha muestra un rasgo más del perfil de Mourinho al indicar que “no es alguien que pretende tener la verdad, sino que sus relaciones están basadas en el intercambio”.
Pese a trabajar con Van Gaal y con Robson, Mourinho tuvo la virtud de saber sacar su propio estilo, de sintetizar las ideas de unos y otros. “No es un imitador”, indica Roxburgh, ahora adjunto de la UEFA. “El único punto en común entre Louis van Gaal, Bobby Robson y José Mourinho es la defensa en zona con cuatro jugadores atrás, con un mediocentro defensivo para proteger a la defensa y permitir que los laterales puedan subir al ataque. El Barcelona fue el primero en hacer bien este sistema. Sin embargo, hoy en día no tiene ningún secreto, pues lo llevan a la práctica Brasil, Portugal y muchos otros clubs”.
El Chelsea ha sido comparado con el Milan de Arrigo Sacchi por la obsesión de Mourinho por el pressing y por la ocupación de los espacios, aunque su manera es diferente. Costinha rememora sus épocas con Mourinho en el banquillo: “Toda la semana trabajaba los mismos desplazamientos, con los jugadores que estaban más cerca de mí. Al final, tuve tal sensación de armonía sobre un terreno de juego que nunca la había experimentado. Siempre sabía dónde estaban mis compañeros. El resultado de este entendimiento es que al Chelsea le crean muy pocas ocasiones de gol”. Como al Oporto que se proclamó campeón de Europa.
Andy Roxburgh indica que “Sacchi era un adepto del 4-4-2 sin que esta estructura fuese significativa, porque su juego estaba basado en una reducción de los espacios en las fases defensivas. Una organización que exigía mucha agresividad y coordinación. Mourinho es menos rígido. Sabe adaptar los equipos a las circunstancias y variar el esquema según las necesidades. Mourinho está acomplejado por ser analizado a través de un sistema que sería la marca de la fábrica. Está más interesado en el fondo que en la forma, está más interesado en la metodología que en la filosofía de juego”, agrega este veterano técnico.
Gianfranco Zola, un histórico de los blues, asegura que ya vio indicios de que el club londinense cambiaría su trayectoria al llegar Roman Abramnovic al frente de la entidad: “Noté que en el club emergía esta cultura de la victoria a cualquier precio. Para mí, era evidente que Abramovich iba a llamar un día a Mourinho. Estaba escrito en algún sitio”, concluye el italiano."